Los procesos para obtener la energía, el transporte, la producción y
distribución de alimentos, el consumo masivo, el desarrollo tecnológico,
etc. afectan al medio ambiente.
La Química, presente en cada una de
estas actividades, ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, pero el uso
masivo de productos químicos (medicamentos, plaguicidas, detergentes,
etc.) hace que los residuos generados también sean químicos. En este
contexto, es habitual encontrar el adjetivo “químico” ligado a efectos
negativos para el medio ambiente.
Sin embargo, la Química es una
de las áreas científicas más implicadas en la resolución de problemas
medioambientales. Actualmente la Química colabora en la protección del
medio ambiente determinando la concentración y el impacto de sustancias
químicas; preparando compuestos con actividad biológica útil para paliar
efectos tóxicos; implantando procesos de separación de sustancias
tóxicas; interviniendo en los procesos de depuración de aguas
residuales; sintetizando plaguicidas y fertilizantes más efectivos y
menos contaminantes, etc.